Puede ser que, por ejemplo, en el caso de los toros se use un semental, que siempre es el más fuerte de entre todos los toros, para cubrir a todas las vacas con el fin de que la generación siguiente sea mejor que la anterior.
Sin embargo, esta constante búsqueda de ser el mejor puede perjudicar a los más preparados. Veamos el ejemplo del pavo real que cada vez intenta conseguir unas plumas más coloridas y largas para atraer a la hembra, pero también puede atraer a depredadores ya que sus plumas esbeltas le hacen más deseado.Otro ejemplo que podemos obsevar es el del pájaro Uy Uy Uy, parece subrealista pero no lo es. Este pájaro tiene las patas muy cortas y los testículos, que sirven para el cortejo, muy largos. Esto provoca que al aterrizar se lo raspe con el suelo emitiendo el ruido: uyuyuy (de ahí su nombre). El subdesarrollo de sus miembros, en este caso, le provoca un dolor intenso a la especie, el cual es inútil.
Puedo concluir, por tanto, que la selección natural no es siempre beneficiosa para las especies.
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