Entre los 1 - 6 años: La mayoría eran para tus padre, y el único que te tocaba ni te importa, pensarás que es inútil y lo acabarás mordiendo e incluso perdiendo.
Entre los 7 - 10 años: Nunca nadie sabía lo que regalarte. Cuando llegaba el día de la fiesta, y no tenías nada decías: ¡Anda ya, un balón de fútbol y a correr!. Es por ello por lo que esta fase la recordarás como los cumpleaños de "las mil y una pelotas de fútbol". Eso sí, después de dos meses estaban todos pinchados. También estaba el típico padre que se estiraba un poco y le compraba un libro al cumpleañero, seguida de la mítica frase: ¡Estoy invirtiendo en el futuro de tu hijo!
Entre los 11 - 14 años: Los regalos comienzan a flaquear un poco. Incluso tus mejores amigos te daban un simple "felicidades" como regalo. Empiezan a aparecer los jerseys como regalo estrella. Al final del día terminabas con la colección entera de los de Abercrombie. Había una broma que decían todos los niños: ¡Me apuesto lo que quieras a que es un monopatín!
Entre 15 - 17: Los de los de tus amigos ya son cosas más personales a las que darás más importancia. También es común empezar a pensar en tu futuro, es por ello por lo que pides dinero a quien sea. Ya sea a tus abuelos o a tus tíos.
Espero que esta tradición, ya sea voluntaria o involuntaria, no se pierda nunca.
Gonzalo M.
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